29.6.09

TTXGP '09: comienza la era eléctrica











La edición del Tourist Trophy de este año pasará a la historia como el primer evento donde se ha corrido oficialmente una prueba de velocidad urbana con motos eléctricas. La categoría, denominada TTXGP (Time Trial Xtreme Grand Prix) ha servido como prueba de fuego de cara al nuevo Mundial FIM 2010 para este tipo de motos.

La verdad es que estos “inventos verdes” me parecen una mariconada, pero he de reconocer que esto es un germen primitivo de lo que nos puede deparar un futuro a largo plazo. Una categoría nueva siempre es bien recibida.
Hasta hace pocos años hablábamos de era mecánica, la más romántica y auténtica: carburadores, aceite de ricino, tornillos, grasa, mecánicas 2T, etc. Después, pasamos a la era electrónica, que es donde estamos ahora: inyección, curvas de potencia, control de tracción, ordenadores portátiles, etc. ¿Es descabellado pensar que el futuro está en lo eléctrico? Ahora sí, pero ojo dentro de unos años… normativas anticontaminación, ya sabes. ¿Quién nos iba a decir que las 2 tiempos iban a morir en competición? El año que viene adiós a las 250, mientras que las 125 seguramente serán sustituidas por unas 250 4 tiempos a medio plazo… y si no, al tiempo. Ya sólo nos queda el Enduro E3
No debemos olvidar las últimas declaraciones de Stefan Pierer, el amo de KTM: “Los propulsores eléctricos desempeñarán un papel importante y los veremos en el mercado de las enduro deportivas en menos de dos años. Todas estas nuevas tecnologías tendrán su campo de aplicación y veremos como también en el aspecto de desarrollo de los motores, el mercado tenderá también hacia nichos especializados”.

El impulsor del TTXGP es el empresario guiri Azhar Hussain, quien aspira a ayudar con su iniciativa al desarrollo de las tecnologías limpias, además de estimular la competición entre jóvenes ingenieros y empresas de tecnología. Los equipos que se han atrevido a correr en la Isla de Man proceden de EE.UU, Reino Unido, Alemania, Austria, Italia e India. Entre ellos podemos encontrar desde proyectos profesionales con motos que están destinadas a la venta (Mission Motors o
Brammo) hasta los de varias universidades británicas en plan I+D (Kingston University o Brunel University).

En esta carrera han participado 16 pilotos distribuidos en dos categorías: Open y Pro (Professional) con un peso límite de entre 100 y 300 kg listas para correr. El ganador de la carrera, celebrada a una única vuelta, ha sido Rob Barber con la moto roja del Team Agni X01. La media alcanzada ha sido de 87,43 mph (140,70 km/h) y ha tardado 25’53”. El español Antonio Maeso (Team Peace E-Rider) no pudo clasificarse para la carrera. La mayoría de estas motos eran modelos conocidos pero con baterías alojadas donde iría el motor convencional.
Todas las motos Pro estaban impulsadas por baterías, pero el reglamento también prevee la opción de subdividir las motos en 3 tipos más: células de combustible, mecánicas híbridas o motores de combustión con gasolina ecológica.

El potencial de las motos eléctricas está aún por explotar y, aunque no suenen, pueden llegar a correr mucho. Sin ir más lejos, hace 2 años la Killacycle fue la primera moto dragster eléctrica que bajó de 8 segundos en el cuarto de milla (7,8 sg, 500 CV y 270 km/h de salida).

Así pues, el año que viene, a verdear.

24.6.09

KTM RC8 R: la anti-Ducati (2ª parte)







(> continuación) Su bicilíndrico en V a 75º es muy temperamental (cubica 47 cc más que la RC8 normal y gana compresión -13,5:1-) el primer golpe de gas es algo brusco. El motor genera mucho calor si ruedas despacio o por ciudad, a pesar de montar un generoso radiador (el principio del colector del cilindro delantero está cubierto con amianto dorado). No va cómoda a menos de 2.500 vueltas, con algún que otro traqueteo (los bajos de la 990 Adventure serían maravillosos) y la zona alta nunca será como el de una japonesa. A pesar de las mejoras, el accionamiento del cambio sigue siendo algo duro, aunque preciso.
Esto no quiere decir que sea mala o difícil de conducir. Simplemente es una moto incómoda para diario, pero tremendamente eficaz en carreteras con curvas de radio medio-amplio, donde puedes jugar a machacar tetras cuando enroscas por encima de las 6.000 vueltas. Tampoco hace falta subirla de las 9.000 rpm, a no ser que busques velocidad punta (manteniendo las 7.000 rpm en 6ª ya vas a 225 km/h). Como siempre suele suceder en las V-twin, la aguja muere a 11.000 rpm. La autonomía de los 16,5 l. de depósito ronda los 200 km (la reserva -3,5 l.- salta cuando te quedan unos 50 km). Y es que claro, hay que alimentar bien a los glotones cuerpos de inyección (Keihin) de 52 mm. Sí echo de menos ese refinamiento y tacto equilibrado del que hacen gala las Ducati otto valvole de última generación.

Una de las mejores sensaciones que te proporciona esta exclusiva máquina es que desde el primer momento percibes que su chasis está por encima del motor. Sus 199 kg llena (declarados) contribuyen a que sea manejable, ágil y estable, pero sobre todo, su excelente suspensión te hace creer que eres una maqueta del Scalextric pues vas sobre raíles (en tramos bacheados su duro tarado hace que se te salten hasta las pestañas). Los Brembo tienen una potencia bestial y, ayudándote del contundente freno motor, puedes apurar muchísimo la entrada en curva (de hecho, hay veces que te quedas corto…). Con este embrague tampoco hay problemas de rebote en la rueda trasera.

El acceso al depósito del líquido refrigerante (interior del carenado derecho) y a la boca de llenado de aceite del motor es muy cómodo. No te confíes por las estriberas traseras y el almohadillado del colín: es prácticamente monoplaza. Olvídate de subir a alguien (la altura del asiento trasero al suelo es increíble) a no ser que sea masoca, claro (no sé cómo Cristina pudo “aguantarnos” durante 200 km¡!). Debajo del asiento del conductor se encuentran las herramientas, la batería y los fusibles. Accionando una pestaña metálica puedes quitar fácilmente el asiento del pasajero.

Estaba claro que esta pieza delicatessen matriculable era inminente cuando la principal apuesta de la marca naranja para el año que viene pasa por desembarcar en el Mundial de Superbikes con ciertas garantías. Para ello, pone a disposición de todos sus clientes 2 kits de potenciación de motor en caso de querer correr de verdad, además del kit Race Club básico (escape completo, centralita, junta de culata, reglaje de válvulas y mapeo). Esta temporada están desarrollando la RC8 R en el Mundial de Superstock 1000 (Pere Tutusaus + Denis Sacchetti) con el equipo italiano Go Eleven PMS Corse y en el Alemán de SBK (Stefan Nebel + Didier van Keymeulen). La moto germana dispone de inyección Magnetti Marelli, 190 CV a 10.500 rpm y mucho carbono… Tras las cuatro primeras carreras, Nebel está 2º en la general.

KTM RC8 R: la anti-Ducati (1ª parte)






La gente hace corrillo para mirarla, unos te preguntan y otros cuchichean sobre su matrícula austriaca. Los osados se hacen fotos con el móvil o te incitan a hacer “cosas feas” con ella. Haciéndose los longuis, salen más tarde de los semáforos con tal de verte el culito. A fin de cuentas, todos reconocemos un trabajo bien hecho.

La nueva KTM RC8 R llega para cerrar el grupo de las bicilíndricas europeas “pata-negra”, apostando por la espectacularidad en todos los sentidos. Tras una semana con ella, he de reconocer que es una pasada de moto (la Bimota DB7 me gusta más, la BMW HP2 Sport no va mal y la Ducati 1098 R es demasiado) y ya empiezo a padecer la peligrosa naranjitis (N. de la R. -dícese de aquella afección incurable que se caracteriza por la necesidad imperiosa de adquirir un modelo de la marca austriaca KTM, asumiendo que es la mejor del mundo. Normalmente, los síntomas son sudoración, babas y tics en la muñeca derecha-).
El futurista diseño de la carrocería negro mate me recuerda al fuselaje del caza invisible americano F-117 Nighthawk. Pasar desapercibido es imposible, sobre todo, por el jaleo que monta con el escape de serie (en la placa del número de chasis aparece grabada la jugosa cifra de 103 Db…). ¡No me quiero imaginar cómo debe tronar con el Akrapovic Evo4 de carreras! Nada más arrancar ya te despiertas, con un ralentí algo alto (a unas 1.500 rpm).

Mientras me abrocho el casco y me coloco los guantes, mi palotismo aumenta al pensar lo que tengo delante:
170 CV (a 10.250 rpm) y 123 Nm de par (a 8.000 rpm), suspensión integral WP compuesta de horquilla invertida de 43 mm y tratamiento antifricción TiAlNi (Titanium Aluminium Nitride), amortiguador trasero multiajustable (precarga, extensión y compresión –alta y baja velocidad-) y amortiguador de dirección (regulable en 32 puntos), llantas de aluminio forjado Marchesini, pinzas de freno Brembo radiales, guardabarros delantero de fibra de carbono, embrague hidráulico Magura, chasis multitubular de acero al cromo-molibdeno de 7,5 kg con subchasis de aluminio regulable en altura (dispone de dos orificios de atornillado al chasis con un margen de 12 mm), embrague antirrebote, neumáticos Pirelli Diablo Supercorsa SP, anclajes para el caballete, instrumentación digital multifunción... Además de cuentavueltas, velocímetro, reloj y temperatura del líquido refrigerante, accionando el doble botón Mode/Lap (los manejas con el dedo índice y pulgar respectivamente en la piña izquierda) accedes al menú Road (cuentakilómetros total, doble parcial, velocidad media, autonomía, temperatura exterior, etc) o Race (cronómetro, mejor vuelta, velocidad máx. alcanzada, etc). Con todo este torrente de información puedes liarte un poco (por la cantidad de datos que aparecen), pero no entiendo por qué carece de indicador de marchas (con una filosofía de moto tan radical y unos medios demoledores, a veces, te olvidas de insertar la 6ª).

En plena era electrónica, la KTM RC8 R es una excelente moto pura (N. de la R. -dícese de aquella montura que no engaña ni falsea la realidad espacio/tiempo/emociones con supersónicos controles de tracción y múltiples curvas de potencia que te hacen creer que eres un buen piloto. Si equipa carburadores, mejor que mejor-) con mucha personalidad. (+)

16.6.09

BMW en el TT: 1939-2009






BMW acaba de celebrar el 70 aniversario del doblete obtenido en el TT de la Isla de Man con su R 50 RS Kompresor. Pasa por ser la primera y más importante victoria en el legendario circuito de la montaña para la marca alemana.

Además de la vuelta de honor de los campeonísimos Agostini y Rossi, del récord de velocidad máxima (210,5 km/h) y los 15 triunfos del señor John McGuinness, este año debemos destacar un pequeño hito en la historia de BMW.

16 de junio de 1939. Tras dos años infructuosos por parte de la marca alemana (BMW debuta en la Isla en 1937), Georg Meier gana la categoría Senior con su BMW 500 sobre una pléyade de productos ingleses. Además, es el primer no británico en hacerlo.
El equipo estaba formado por tres pilotos: Karl Gall, Jock West y el propio Meier. El primero murió a causa de un accidente en los entrenamientos. Meier, en cambio, exprimió al máximo los 492 cc, 60 CV (a 7.000 rpm) y 225 km/h de su bicilíndrico bóxer sobrealimentado para arrasar a los otros 42 pilotos de la parrilla en 2 horas y 57 minutos (7 vueltas). Con 137 kg, la BMW era también la motocicleta más ligera de la categoría por lo que no le costó mucho fijar un nuevo récord de velocidad media (143,723 km/h). Por su parte, Jock quedó segundo a dos minutos de Meier. No es ilógico situar a Gall en el tercer peldaño del podio, de no haber sufrido el fatídico accidente.
Sencillamente, los boxer sobrealimentados funcionaban a la perfección y sorprendieron al resto de marcas. El compresor comenzó a desarrollarse en la década de los 20, donde BMW ya estableció algún que otro record de velocidad en sus Autobahn (Ernst Henne con una 750 Kompressor alcanzó 214 km/h).
Tras este éxito, Meier continuó ligado a BMW, obteniendo tres campeonatos alemanes entre 1948 y 1950 (último año en competición de la Kompressor).

Además del triunfo de Meier, BMW posee 3 victorias consecutivas en la categoría de monocilíndricas con D. Morris (1997, 98 y 99) y 26 triunfos en Sides (entre 1955 y 1975), la categoría donde realmente hizo pupa (la Federación Internacional de Motociclismo prohibió la sobrealimentación en 1946, lo que terminó con el sueño mundialista germano en lo que a dos ruedas se refiere).

1.6.09

I Enduro Urbano City Scramble





Red Bull da una vuelta de tuerca al enduro, trasladándolo al asfalto de la ciudad. Esta 5ª modalidad (además del outdoor, indoor, extremo y clásicas) ha debutado en pleno centro de Nueva Zelanda.

¿Por qué no acercar el enduro a la gran ciudad en lugar de hacerlo en las afueras como hasta ahora? Eso han debido pensar los chicos de Red Bull al crear la primera carrera de enduro en ciudad de la historia: la CITY SCRAMBLE. Más de 10.000 seguidores y 50 pilotos disfrutaron de un espectáculo sin igual… ¡en plena calle! La jornada de competición empezó a las 10 de la mañana y siguió un formato parecido al del supercross, es decir: entrenos, carreras clasificatorias (4 horas) y gran final.

En la Plaza Britomart de Auckland levantaron una pista derivada de la usada en los Indoor, dividida en dos secciones comunicadas por pasarelas. El pasillo central estaba comunicado con el exterior y permió al público acercarse para flipar con la habilidad de los pilotos que compitieron allí. La pista se construyó en dos días y contó con todos los obstáculos imaginables: troncos, pasos de agua, piedras, saltos, neumáticos, arena, barro, etc, ¡incluyendo una espectacular pasarela peraltada de madera! El ganador de esta carrera queda inscrito directamente en la mítica prueba del Erzberg Red Bull Hare Scramble de Austria, el enduro extremo más importante del mundo.

Estas nuevas variaciones de una veterana modalidad off-road como el enduro (antiguamente TT) siempre son de agradecer. ¡Bravo!